Llevaban media hora en el coche. Kyle y Mary
estaban bastante entretenidos entre ellos hablando sobre la fiesta, y sobre las
innumerables dietas que llevaba Mary. Anorexia nerviosa, pensaba. Lo cual puso
enferma a Derye y se dispuso a mirar por la ventana.
El cielo se había despejado, la luna especialmente.
Era entera y brillaba como nunca, una luz plateada. Bajó la ventanilla del
coche. Necesitaba que le dé el aire.
Sebastian la miraba atónitamente. Era tan
atractiva. Su cabello castaño brillaba con el reflejo de la luna y sus finas
facciones quedaban muy favorecidas. Pero parecía distante.
Otra vez en sus pensamientos, pensaba Sebastian
cuando la veía así. Parecía infeliz, aburrida de su vida.
Derye seguía mirando el cielo, en el cual visualizó
dos figuras. Parecían humanas, pero era imposible ¿Verdad? Se preguntaba.
Volvió a fijar la vista en el interior y vio a Sebastian mirándola. Rápidamente
se le subieron los colores.
-¿Fa…Falta mucho?- Se limitó a decir, intentando
disimular su vergüenza en ese instante.
-Creo que estamos cerca. Se puede escuchar la
música desde aquí- Dijo sonriendo.
Era verdad, se podía escuchar música. Derye intentó
afinar su oído para adivinar que canción era. Le sonaba, parecía una canción de
L.A.T.u, un grupo ruso con temática lésbica. Su amiga Alice ponía esas
canciones cada vez que iban a su casa, así que no le fue muy difícil
adivinarla. Era You and me, y la verdad era que le gustaba esa canción, quizás
no exactamente por la letra, más bien por el ritmo.
Mientras Derye seguía inmersa en sus pensamientos,
el coche paró en seco.
-Hemos llegado- Dijo Chris, quitándose el cinturón
y saliendo del coche. Acto seguido, todos hicieron lo mismo
Lo típico, gente desconocida se acercó a Kyle y
Derye como siempre se quedaba atrás, a veces esperando que su hermano le
presentase la gente, o a veces simplemente ignorando todo.
Esta vez estaba
mirando su móvil. La doce. Una bronca increíble les caería, eso estaba
asegurado.
Entró al Whatsapp miró las ultimas conexiones de
sus amigas. Por lo que se podía ver no estaban en línea, así que cerró el
móvil. Justo a tiempo, su hermano, Mary y Sebastian estaban entrando. Sebastian
la esperó y entraron juntos. Derye tuvo que correr un poco para llegar hasta
las escaleras que llevaban a una gran puerta de mármol, una casa grande, muy
grande, pensó.
Mientras las subía junto a Sebastian notó una
sensación. Como si la observaran.Miró en dirección a un menudo y seco árbol,
ocultado por la oscura noche, y vio un destello rojo. Le pareció raro pero no
le dio importancia. La luz de algún móvil seguramente, pensó. Y entró.
Al entrar se dio la diferencia entre la temperatura
exterior, fría, con la interior, mucho más alta a causa de la multitud de gente
que estaban en la gran casa.
-Derye, nos vemos después- Decía Kyle con una
mirada de pesadez, mientras Mary le
llevaba a presentarle unos amigos- ¿Sebastian vienes?
-Em… -Sebastian miró a Derye, la cual hizo un gesto
indicando que no había ningún problema – Vale- Dijo finalmente- Luego nos
vemos- Decía mirándola mientras iba donde Kyle y Mary.
Derye caminaba entre la multitud, solo necesitaba
un sitio tranquilo para sentarse.
Mientras caminaba hacia una salida que llevaba a un
jardín, se tropezó con una pareja muy acaramelada, y a causa de eso se le cayó
el móvil entre la multitud. Pensó en cogerlo, pero un gran grupo de gente se
puso en su camino cuando la banda que estaba tocando anteriormente en el local,
apareció.
-Genial- Susurro Derye. Dicho esto se dirigió,
cruzada de brazos, hacia el jardín. Ya lo recuperaría luego.
Al traspasar la gigantesca obertura, se dirigió a
un banco de piedra para poder sentarse. Dejó su bolso a un lado y tiró la
cabeza hacia atrás. Miró el cielo, otra vez lleno de nubes. Se relajó y se dijo
a si misma que era hora de olvidarse de todo.
El viento soplaba un ligero aire gélido, pero era
soportable. Estaba tranquila. Por primera vez en toda la noche, relajada.
Escuchó unos
pasos detrás de ella, giró la cabeza. Una silueta se acercaba
-Hola- Dijo un chico. No se le veía la cara a causa
de la contraluz. Avanzó un poco más. Lo reconoció. Pantalones de cuero negro
con cadenas. Pelo negro, ojos azules, piel pálida. Era James. Su rostro tenía
pose imponente.
-Hola- Respondió dudosa de hablar con él. Hace poco
casi se peleaba su hermano con ellos. Pero tenía que admitir que era bastante
guapo.
-¿Puedo sentarme?- Preguntó, pero ya se estaba
sentando- Veo que sí.
-S…Supongo- Dijo finalizando la conversación. Un
silencio se apodero de ellos.
Él la miró a los ojos. Sus ojos azules, se
introducían como dagas heladas en sus ojos pardos.
Una especie de conexión se
había establecido entre ellos. Parecía que solo existían esos ojos azules y que
nadie ni nada más estaba a su alrededor, solo él y ella. Una sensación
enigmática, encantadora y escalofriante. Él la seguía mirando con curiosidad.
-Esto… Toma- Dijo finalmente James rompiendo el
silencio. Sacando un objeto de su bolsillo; una pulsera plateada que Derye
reconoció al instante.
-Gracias- Dijo confusa- La había perdido.
-La encontré en ese local, cuando bajaba las
escaleras. Pensé que era tuya, por lo que parecía, a la otra chica no le
gustaban mucho las cosas plateadas.
-Sí, tienes razón – Rio Derye, al recordar que Mary
iba vestida de los pies a la cabeza totalmente de dorado. Entonces dejó de
reír. Se acordó que estaba hablando con uno de los chicos con los que su hermano
Kyle, casi se pelea- ¿Puedo hacerte una pregunta- Dijo cambiando rápidamente de
tono
- Claro- Dijo James, apartando sus ojos azules y
clavándolos en el suelo.
-Mi hermano…Bueno, ¿Es algo relacionado con drogas?
–Pregunto nerviosa Derye. Y al instante James empezó a reír. Su expresión
relajó a Derye. Sus rasgos duros se ablandecieron y lo hicieron lucir más
joven, de unos 16 posiblemente.
-No. Claro que no.- Dijo quitándose un mecho negro
de su frente- Es algo entre él y Kurt.
-Pero…Estabais a punto de pegaros
-Tranquila, nunca le haríamos daño, pero tu hermano
estaba…- Se interrumpió a sí mismo y su mirada cambió de expresión. Parecía
confuso de lo que decía, de lo que le estaba contando a ella, una extraña
desconocida. No la conocía de nada pero algo le indicaba que podía hablar con
normalidad con ella. Una especie de
añoranza hacia algo en ella.
-¿Estas bien?- Preguntó un poco alarmada.
-Sí. Tengo que irme- Se levantó y empezó a caminar.
Ocultó su pálido rostro y se dirigió hacia los árboles.
-¡Espera! Esto, yo…- Tartamudeaba sin saber
exactamente que quería decir- Mi hermano, no…No le pasará nada ¿Verdad?
-¿Tienes móvil? – Preguntó James- Creo que si
pasara algo con tu hermano podría avisarte así- Era una excusa barata, James lo
sabía, pero necesitaba tener algún contacto con ella.
Sabía que era especial en
algo, no sabía qué, pero en algo. Y seguramente lo descubría, por eso
necesitaba acercarse a ella.
-Sí- En esto James le dio su móvil. Un móvil
bastante caro por lo que parecía. Ella se agregó en el móvil y se lo dio-
Gracias- Dijo mirándole a los ojos- Por lo de mi hermano.
-No es un problema- Diciendo esto se dirigió otra
vez hacia los árboles, desapareciendo entre ellos.
Derye se quedó pensando en lo que había pasado.
Había actuado como una niña idiota. Se preguntaba que habría pensado de ella.
Seguramente pensaría que era una maniática que juzgaba a la gente por sus
primeras acciones. Entonces se acordó de que no podría llamarla.
Había perdido
su móvil.
Se apresuró a entrar en la gran casa y entre la
oleada de gente y la música de la banda, empezó a buscar su móvil.
Tardo 20 minutos, pero lo encontró. Lo abrió y se
fijó en la hora. Puso mala cara, eran la una. Su madre los mataría.
Mientras deliraba pensando en la cara de su madre
al volver a casa, entre el alboroto de la música y la gente, una mano la cogió del brazo. Se giró y vio a
Kyle. Pálido y con el pulso acelerado.
-Nos vamos- Dijo cogiéndola más fuertemente del
brazo- Vamos.
-Es...Espera, ¿Y los demás?
- No importa, nos vamos. Mary nos deja su coche-
Dijo nerviosamente.
-¿Te pasa algo?- Preguntó. Su hermano no estaba
normal, le pasaba algo.
Kyle no respondió, solo se limitó a llevarla hacía
la salida y se subieron en el coche. Una vez en él, su hermano parecía más
tranquilo.
-Derye…-Dijo Kyle, asustado- He hecho cosas, cosas
horribles- Parecía estar a punto de llorar, nunca lo había visto así. Él
siempre había sido la figura fuerte, después de lo de su padre.
-¿Qué cosas Kyle? Me estas asustando- Decía en un
tono sin decisión alguna. No sabía cómo hablarle en ese momento.
-¡Cállate! Siempre estas preguntando, metiéndote en
mis asuntos – Dijo Kyle enfadado. Nunca le había visto así. Tenía rabia y
desesperación en sus ojos- Yo solo quería… Solo quería ser alguien. Solo eso.
Nunca pensé que se complicara tanto. No puedo explicarlo. Solo eso. Nunca te lo
he dicho, pero yo…- Hizo un gesto de dolor y se llevó la mano a su estómago.
-Kyle… ¡Por dios! ¿Qué te pasa?- Derye estaba a
punto de llorar- ¡Joder Kyle!- Gritó dando un golpe en su asiento. Sintió un
profundo dolor. Se había clavado trozos de botella rota- Mierda- Dijo.
-Derye, tu mano…- Kyle miró atentamente la sangre
que recorría la mano de su hermana- Derye, corre- Dijo finalmente. Ella lo miró
atónita- ¡Corre!- Gritó su hermano, a lo que esto obedeció ella y salió
corriendo.
Kyle sentía punzadas de dolor en el estómago. Tenía
un objetivo en su cabeza gravado: la sangre de su hermana. Se retorcía de dolor
en el coche mientras Derye corría hacía el bosque que tenían al lado, él
intentaba recordarse cuanto significaba ella para él.
Ella sabía que algo iba muy mal, que no tenía que
haber dejado a su hermano allí. Podría ser que estuviese colocado o hubiese
bebido mucho. Fuese lo que fuese sentía que si no seguía corriendo, le pasaría
algo muy malo.
Últimamente su hermano había estado actuando muy
raro. No comía mucho, o al menos delante de ella. Salía mucho por la
noche…Vale, estaban en vacaciones de navidad, pero aun así era extraño en él.
Siempre salía por las mañanas a correr, ahora nunca salía a antes de las siete
de la tarde. Y por no hablar de sus cambios de humor constantes. Había
cambiado, eso seguro.
Mientras corría, se tropezó con unas raíces de un
árbol bastante grande. Sintió un dolor, menos intenso que la herida de la mano
pero aun así le dolía. Su tobillo sangraba y la pierna le dolía
-¡Derye! Sé que estás ahí…- Decía una voz, la de
Kyle. Pero no era su tono de voz usual, parecía malo, parecía que algo estaba
muy mal con él. Esa voz, hizo que ella se asustara más, pero recordó que era su
hermano y que nunca le haría daño. No, desde que su padre les pegaba, él juró
que nunca le haría daño, sino que la protegería. Se quedó en el suelo, le dolía
la pierna.
En ese momento la voz de su hermano se hizo muy
cercana.
-Aquí - Le susurró en la oreja. Ella se quedó
pálida. Estaba muy lejos, ¿Cómo había conseguido llegar tan rápido?
-¿Kyle?- Dijo con una voz débil, asustada- Este no
eres tú. Kyle…
-Ohh… ¿Estas asustada?- Reía con una risa
escalofriante. Se veía locura en sus ojos. La oscuridad estaba entre ellos.
El cielo empezó a desprender lluvia, lluvia que se
mezclaban con las lágrimas de Derye.
Todo se esfumaba en su cabeza.
-No sentirás mucho dolor, te lo juro- Decía cerca
suyo, tan cerca que podía sentir su respiración agitada en su rostro- Necesito
un poco, solo un poco. Duele Derye, duele mucho-Decía mientras ella estaba en
otro sitio.
Un sitio remoto en su cabeza, donde veía pasar cada
promesa que le hacia su hermano de pequeños. Cuando le juraba protección,
amistad, amor. Amor. Desde pequeños se querían.
Aunque no los dos de la misma
manera ¿Verdad?
-Lo siento- Volvía a susurrarle. Los arboles hacían
ruidos, y se escuchaba como el aire azotaba sus hojas junto a las gotas de
lluvia.- Te quiero.
En ese instante ella no veía nada más que el cielo
nublado y oscuro. Sintió un agudo dolor en la yugular. De pronto el dolor
desapareció y lo único que sentía era cansancio y un gran vacío. Algo le
arrebataba todo. Todo desaparecía. Sus promesas, sus recuerdos, sus emociones,
sus sentimientos.
Su cuerpo se desplomaba en los brazos de su hermano
y una hilera de sangre corría por su pálido cuello. Lo único que podía ver,
sentir, o comprender era una pequeña escena, un recuerdo. Su madre con ella y
su hermano.
-Cariño, tenéis que ser fuertes. Vuestro padre, no
volverá, se acabaron las peleas, los días oscuros- Decía una joven mujer con el
pelo rojizo, su madre, mientras le ponía una pulsera plateada en el brazo de su
hija- Con ella, nunca estarás en peligro. Todo los oscuro desaparecerá.- Decía
Marilyn dándole un beso en la mejilla a cada uno.
Después de esto todo se volvía oscuro, cerró los
ojos. Su cuerpo estaba a punto de ceder. Miró la pulsera y una única lágrima
broto, cayendo por su mejilla.
Sintió como un rayo de luz estaba posado en su
muñeca. Tenía los ojos cerrados, pero aun así sabía que era de noche que era
imposible que hubiese luz. Una sacudida le obligó a abrir los ojos. Estaba en
el suelo y veía tres siluetas. Dos de pie sosteniendo a la tercera.
Su cabeza parecía estar a punto de explotar. Pero
aun así, intentó reincorporarse sentándose. Sentía un dolor demasiado intenso
en la cabeza y uno más ligero en la yugular. Su mano emitía una intensa luz
azul. No, su pulsera la emitía.
-Se acabó el tiempo- Decía una voz que le recordaba
a alguien- Se te ha acabado el plazo.
-Solo un día más. Solo eso- Decía la inconfundible
voz de su hermano, Kyle.
-Has atacado a alguien. Lo que significa que estás
fuera de control y no puedes pagarnos para que te ayudemos a mantenerte a raya-
Decía otra voz.
-¿Cómo ha podido pasar esto?- Se decía a si mismo
Kyle. Tenía las manos en la cabeza y estaba temblando- Yo...yo…
-Simplemente por no pagarnos. Si lo hubieras hecho,
te hubiésemos dado la otra parte, pero ya nos debías la primera- La luz de la
luna dejó ver el rostro de un chico. Kurt. Sus ojos verdes miraban a Kyle con
una exagerada sonrisa. Luego iluminó un rostro pálido, James – Primero matas a
esa pobre chica de la fiesta y ahora tu hermana ¿No crees que seas un monstruo?
¿Y si matabas a tu hermana, podría seguir?
Derye estaba asustada. Algo malo iba a pasar. Su
hermano estaba siendo retenido por dos tipos que parecían peligrosos, pese así
la amabilidad de James hace poco.
-¡Parad!- Gritó la chica asustada de lo que pasaría
si se daban cuenta de su presencia. Los dos chicos que cogían a Kyle la
miraron. James abrió los ojos como platos y apartó la mirada, no esperaba que
se despertara por lo que se veía. Kurt por otra parte sonrió más. Cogió a Kyle
de la nuca y lo puso frente a Derye.
-¿Esta es la persona que pretendes proteger?- Reía
Kurt mientras le mostraba el rostro de Kyle, completamente manchado por sangre,
su sangre tenía ese brillo de locura de cuando la atacó. Deberían ser efecto de
drogas o algo. Su hermano nunca haría algo así, se repetía ella en su cabeza.
Aun así lo había hecho y sentía pavor estar cerca de él pero era su hermano y
la quería.
- Sí- Dijo caminando hacia ellos. James se fijó en
su muñeca y su mirada cambió. Su anillo se iluminaba con fuerza junto a la pulsera. Kurt los miró con
curiosidad y soltó a Kyle.
Kyle gruñía de dolor pero aun así se reincorporó
levantándose y apoyándose junto a un árbol.
-Es imposible – Decía en voz baja James – Suponía
que no eras normal, pero esto…- James se levantó un mechón negro de su pálida
frente.
-¡No!- Gritó Kyle- A ella no la metáis en esta
mierda. Por favor hacerme lo que queráis pero a ella no…
-¿Qué pasa?- Decía insegura la chica. Su pulsera
brillaba, una luz intensamente azul. No sabía porque se sentía atraída hacía
James. Mejor dicho, su anillo. Miró a su hermano, estaba totalmente pálido pero
el brillo de locura había desapareció, más bien parecía haberse acabado de
recuperar de uno de sus entrenamientos.
-No es nada malo, pequeña- Reía Kurt. La palabra
pequeña sonaba asquerosamente en su boca- Es algo magnifico- Reía con su típica
risa exagerada.
Hubo un silencio muy grande y miles de preguntas
pasaron por la cabeza de Derye. Preguntas que incluso la sorprendían a ella
misma.
- Vámonos- Dijo finalmente James- No tenemos nada
que hacer aquí- No miraba a nadie solo al suelo. Kurt lo miró con una mirada de
desaprobación- ¡Vámonos! – Gritó en joven mirando a Kurt con una mirada
demasiado penetrante. Kurt la esquivó y miró a Kyle.
-¿Y qué hacemos con el renegado?- Pregunto mientras
se acercaba a Kyle- No podemos dejar que vuelva a atacar a alguien- Sonrío y
miró a Derye.- Seguramente esta pequeña necesite respuestas a lo que está
pasando ¿Verdad?- Derye no sabía que hacer así que simplemente asintió con la
cabeza.
-No, por favor- Decía Kyle. Se notaba en su mirada
el arremetimiento, la deshonra y la vergüenza que sentía.
-Lo siento chico. La has atacado y tiene que saber
que eres para estar prevenida ¿No crees?- Volvió a reír y dirigió su mirada
hacía ella-¿Has oído hablar alguna vez de los vampiros cariño? Claro que sí,
con tantas versiones baratas que sacan ahora en la gran industria del cine
sería extraño que no -¿Vampiros? Se preguntaba en su cabeza Derye. Su pulso se
aceleró.
Era una broma, seguro que era eso pensó, pero las
pruebas eran demasiadas. Kyle hacía tiempo que no comía, no salía a partir de
las siete de la tarde, su comportamiento en el coche y por último, el ataque.
Sentía que un nudo en el estómago se le formaba. Miró a su hermano, el cual
ocultaba su cara con su pelo y miraba hacía el suelo.
-N…no, Kyle, dime por favor que no es verdad- Decía
pero él no respondía solo se ocultaba la cara.
- Sí, cariño- Decía Kurt- Tu hermano es un monstruo
de la noche, un quita almas, una bestia que nunca envejece y se sacia con
sangre humana- Atribuía con un tono parecido a la autocompasión, aunque más
falso.
- Kurt. Es suficiente. Los humanos no deberían
saber más- Decía seriamente James.
-Pero James- Reía- Ellos no son humanos- Dijo
finalmente. Derye se puso pálida, realmente pálida.
-Y creo que
esta preciosa chica tiene que venir con nosotros. Claro está. No la trataremos
como a su hermano- Miró a Kyle y una risita se le escapó. Eran demasiadas
emociones para ella. El ataque, la subida y bajada de adrenalina. Sus pies le
fallaron y quedó totalmente de rodillas.
Su pulsera dejó de iluminar, junto al anillo de James. En ese preciso instante su cuerpo falló totalmente y calló desplomada. Podía oír los gritos de desesperación de Kyle, pero aun así no tenía fuerzas suficientes ni para abrir los parpados
¡Me encanta! Me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarJason parece un buen chico pero no se…Y eso de que Kyle y Derye se han querido siempre pero no del mismo modo…mmm…ahí pasa algo raro.
Sebastian sigue siendo mi favorito por encima de Jason y no se ¿Quizá Kyle…?
Me han encantado estos dos capítulos.
Sube pronto ¿Vale?
Por cierto yo también estoy empezando una historia te dejo el link por aquí y si quieres te pasas.Besos de tu nueva y fiel seguidora ;)
http://lahistoriadehannahlachicainvencible.blogspot.com.es/
Gracias! Me hace muy feliz leer esto :) El siguiente capítulo sandre entre el martes y miércoles. Me pasaré por tu blog :) Aun hay muchos misterios en esta historia que pronto descubriréis
ResponderEliminarBueno nada que ya estas tardando ¡eh! Hahaha
ResponderEliminarNada decirte que sobre el link del blog de arriba ahora es este:
http://lahistoriadelosinvecibles.blogspot.com.es/
y que tienes premio en mi otro blog:
http://caramelodelimonblogger.blogspot.com/