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domingo, 10 de noviembre de 2013

Capítulo 8 – Destino


Toda la gente estaba en las grandes terrazas del exterior, contemplando los fuegos artificiales. Kyle se encontraba con su madre pero algo lo distraía a lo lejos, su hermana y Sebastian. Los dos estaban cogidos de la mano y contemplando, hombro con hombro, los fuegos artificiales. No le gustaba la escena ¿Pero que iba a decir? Seguía mirándolos hasta que una voz lo distrajo.

-¿Te encuentras bien hijo?- Preguntaba su madre mirándolo desconcertada. La imagen que reflejaba Kyle en esos momentos era distinta, se decía a si misma.

Él la miró y no supo que decir. - ¿Has visto a Daniel? - Preguntó cambiando de tema para no incomodar a su hijo a que diga algo que lo atormentase, se lo acabaría diciendo él mismo.- No ha aparecido desde la presentación. Quiero decir, yo estoy acostumbrada a esto- Miró a lo lejos- pero vosotros no.

- Debe de haber ido a dar una vuelta, iré a buscarle- Se levantó y suspiró aliviado teniendo una escusa para alejarse de todo ese ambiente.

Mientras se alejaba dio un ultimo vistazo, su madre ya estaba empezando a ser interrogada por unas mujeres de edad avanzada. Ella sonreía así que se sintió tranquilo.
Finalmente miró en dirección a Derye, estaban hablando...Hablando, pensó. Tenía que hablar con Sebastian sobre ese asunto.

Comenzó a caminar hacia la puerta principal. Una ver cruzada esta emprendió su caminata por los pasillos, en busca de Daniel, hasta que el sonido de la música y la fiesta iban desapareciendo.

Cuando únicamente se escuchaban sus pasos pudo distinguir un sonido a través de las grandes ventanas del pasadizo.

Le pareció escuchar el aullido de un lobo. Por alguna razón de detuvo a escucharlo. Se le sentía libre al lobo. Sonrió al pensar como era la vida de un animal, libre, sin ataduras.
Cuando ya no sonaban más sonidos de animales, continuó caminando por el largo pasillo. Era oscuro, pero en parte iluminado por la luz de la luna que se filtraba por las ventanas.

A lo largo del pasillo miraba de reojo los cuadros colgados en este. Se quedó quieto mirando uno que le llamó la atención. Cinco reyes estaban sentados en una mesa, eran jóvenes. Algo extraño se dijo. En el cuadro se observaba como cuatro reyes discutían contra otro. Cada rey llevaba un traje emblemático por colores.

Según lo que le explicó su madre cuando eran pequeños, cada color representa un reino. El azul a Feret, el rojo a Cróton, el verde a Gert, el amarillo a Fertoan, su reino y finalmente el blanco a un quinto reino, el cual su madre cada vez que les contaba esa historia le entraban escalofríos, Norard.

Su madre le contó que todos esos reinos vivían en armonía y amistad. Aun así Cróton era el único fuera de tierra, ya que un gran océano los separaba, el océano del hielo.

Mientras observaba la escena se rió al pensar que esas historias que les contaba su madre eran más que cuentos.

Algo lo desconcentró y se sobresaltó al ver una figura moviéndose entre la oscuridad.

-¿Hay alguien ahí?- Preguntó sintiéndose idiota, claro que había alguien. La figura se detuvo.
Por su expresión corporal se deducía que se estaba debatiendo entre seguir corriendo o quedarse quieto. -¿Quién eres?- Kyle se acercó lo suficiente hasta que pudo ver quien era, James.

El chico, James, tenía un aspecto horrible. Estaba pálido, más de lo de costumbre y sus ojos...Se podía ver en ellos terror. Su respiración estaba entrecortada.

-¿Te sientes culpable de rechazar a Beatrice en el baile? Te lo mereces- Dijo fríamente Kyle. 

Él no respondió simplemente se apoyó en la pared y se llevó las manos a su cabeza- Hey, no te pongas así, ella se merece algo mejor así que tampoco importa mucho.

-No Kyle, no es por Beatrice- Habló por fin James.- Es... Es Derye

-¿Enserio? No te acerques a mi hermana- Se enfadó Kyle- Ya tengo suficiente con el otro...

-No es eso, aunque me molesta- Repuso James. Se llevó la mano a la frente.

-¿Entonces que?-Preguntó con bastante curiosidad y desconfianza, Kyle.

-Sígueme, necesito contarte algo- Miró a su alrededor- Aquí no, no es seguro de momento.

-¿Seguro? ¿Pero que rallos estas diciendo?- Desconfió Kyle

-Hazme caso, es importante.

Kyle dudaba, normal, un tío ''dark'' que lo intentó matar y encima jefe que todo ese, mundillo, le estaba pidiendo que le haga caso. Sonaba una orden, pero era relacionado con su hermana así que asintió.

-No me mientas en nada, lo lamentarás.- James lo miró de arriba a abajo, simulando analizarlo pero simplemente aceptó y comenzaron a caminar hacia su habitación.

-Créeme, no hablaría contigo si no fuera importante.

***

El paso de James era rápido. Kyle intentaba seguirlo pero aveces iba tan rápido que le perdía de vista.

Finalmente llegaron a la puerta de su cuarto. El frió chico de ojos azules abrió la puerta como si nada y, casi corriendo, se dirigió hacia su escritorio, buscando algo. Revolvía rápidamente hojas y hojas amarillentas.

Una vez todos los papeles del escritorio en el suelo se sentó en su cama, frustrado. Entonces se volvió alevantar de aquella gran cama y se dirigió lentamente hacia un una especie de cuadro que estaba situado en frente de su cama. Se detuvo mirándolo.

-Si querías quedarte mirando un cuadro...No se para que he venido- espetó Kyle que aun miraba los papeles en el suelo. James no respondía. Iba posando la yemas de sus dedos al rededor del cuadro.

Entonces se escuchó un crujido en el papel. James empezó a escarbar en el pequeño agujero que había hecho.

Rápidamente se dirigió a su escritorio otra vez. Tocó la parte inferior de este, palpando la madera, buscaba algo. Finalmente dio con ese algo, una llave.

-¿Pero que...?- Dudó Kyle pero no dijo nada al ver como el chico insertaba la llave en el agujero del cuadro y la giraba. El cuadro se desprendía lentamente hacia un lado y dejó ver un pequeño espacio donde residía una caja de plata. James miró a Kyle.

-Esta caja- Decía le quitaba el polvo- Es una de las pocas cosas que pudimos obtener mi hermana y yo de nuestra familia cuando estábamos en el orfanato- Suspiró mientras la abría- Pensaba que eran cosas inútiles pero era lo único que teníamos. Un libro de cuentos y un medallón.

Abrió la caja y sacó cuidadosamente el pequeño libro. James buscaba impasiblemente pagina tras pagina alguna cosa en especial por lo que podía ver Kyle. Cuando la encontró maldijo en voz baja.

-¿Que pasa James?- No pudo evitar preguntar

-Escucha- Dijo mientras entonaba la voz para citar algún fragmento del libro- ''Entonces la infinita oscuridad volverá. En unión de un heredero mancillado con una Fosternight será el inició de su revolución''.

-Fosternight...- Susurró Kyle- ¿Mi hermana?- James asintió.- ¿Estas tratando de decirme que un heredero mancillado se unirá con mi hermana?.

-Eso intento- Contestó cerrando el libro y metiéndolo en la caja otra vez- Y creo saber quien es ese heredero mancillado.

-¿Quien?

-¿Enserio? Te tomaba por alguien más inteligente.- Rodó los ojos- ¿Quien va a ser coronado como rey de un país sin reyes dentro de un mes? Tú amigo- Paró- Sebastian

-Eso es imposible- Repuso rápidamente e instintivamente Kyle- Sebastian no... Bueno..Él...- 

Calló, pensando en las veces que le había mentido.

Su madre le confirmó que era un futuro rey de Cróton. Así que no podía defenderle.- ¿Pero y como lo has relacionado o lo has descubierto? ¿Por tus celos al verlo con mi hermana?- 
Espetó Kyle, en parte con ira al recordar aquella escena. James hizo una mueca.

-No- Mintió en parte- Estaba dando un paseo, ya sabes...Demasiada gente. Y cuando estaba cerca del bosque vi a unos lobos.

-¿Y que?

-Eran de Cróton- Desveló- Iban comandados por un lobo blanco y grande, hacia el interior del bosque.

-El quinto reino- Susurró en silencio Kyle.

-¿Como lo sabes?- Preguntó con cierta y astuta curiosidad- Kyle lo miró y levantó los hombros.

-Cuando eramos pequeños mi madre nos contaba historias de cinco reinos, Cróton era el del hielo, el alejado. Y siempre nos decía que había un quinto reino, en el cual gobernaba un reí egoísta que quería el poder sobre los demás reinos he hizo un pacto con las criaturas de lo oscuro.-

James reflexionó en su cabeza sobre eso, esa parte de la historia nunca la había escuchado, solo sabía que el quinto reino era un reino habitado por neófitos y sombras.

Tuvieron un reí, pero no sabía que hizo un pacto, pensó que lo habían matado, como generalmente pasa en esos casos.

-Interesante...Tendré que hablar con tu madre.

-No creo que le caigas muy bien.- Levantó una ceja Kyle

-Siempre caigo bien a la gente, soy sociable ¿Sabes?
Kyle no dijo nada pero se imaginaba que estaba sobrevalorandose a si mismo James.

-¿Bueno y entonces que hacemos?- Preguntó Kyle- Quiero decir...¿Deberíamos decirle a mi hermana que posiblemente esté con alguien que podría traer la oscuridad infinita a este mundo?...Digo.

-No por ahora. Primero necesito investigar- Dejó claro James. Kyle me miró otra vez.
-¿Necesitas? Pensaba que al ser mi hermana al menos podría participar.

-No necesito lastres.

-Bueno- Sonrió- Entonces no te importa que se lo cuente a Miranda, mi madre...Y a Derye 
¿Verdad?- Empezó a caminar a la puerta pero James le detuvo.

-Está bien, pero cállate.

Kyle volvió a sonreír victorioso. Le gustaba obtener lo que quería, aunque en la mayoría de casos casi nunca podía, así que fue algo demasiado glorioso.

-Bien- Dijo Kyle- ¿Por donde empezamos?

-Mañana a las nueve, en mi cuarto. Asegúrate de que nadie se entere.- Miró al suelo- Ese tal Sebastian, debe de esconder algo.

- Podríamos preguntarle directamente. O indirectamente.

-Primer error de principiante, ir directo al asunto.- James abrió la puerta- Volvamos, no sospechas. Mañana te contaré el plan.




 Fertoan

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