Aire. Aire era lo único que podía percibir alguien
en aquel oscuro pasillo. La escasa luz de una vela iluminaba el rostro de un
niña, Claire. La fiesta había acabado hace unas horas y como normal en cada
reunión, algunos de los invitados, se hospedaron en el castillo. La pequeña
niña ,que no había visto a su hermano, desde que su mayordomo Josh, la llevó a
fuerzas fuera de esa escena desagradable, no podía dormir.
Llevaba caminando por los pasillos en silencio,
acompaña por una vela, durante unos minutos.
Quería encontrar la habitación de su hermano.
Claire no podía dormir sin que su hermano le contara alguna historia sobre su
madre, como hacía cada noche antes de irse a dormir.
Finalmente llegó a la parte norte del castillo. Era
la primera vez que iba a ese castillo, ya que desde hace quince años, en el
reino de Fertoan, no se celebraban fiestas.
La niña vio dos puertas. Pensó en tocar, aunque
finalmente abrió la primera. La habitación era grande y bonita. En la gran cama
que había en la habitación, yacía dormida una chica. Claire sintió curiosidad y
se acercó más. Era Derye.
Mientras la observaba sabía que no era como
siempre. En la fiesta la había visto distinta pero ahora... Tenía su pelo más
claro y parecía, por decirlo de alguna forma, feliz.
Claire le tocó la cara con su pequeña mano,
esperando que se despertase. Tenía un poco de miedo de su reacción anterior
pero aun así la volvió a acariciar.
-Derye...- Susurraba la niña. La chica aún dormir
plácidamente, así que como es propio de una niña, le pegó una palmada.
-¿Que...?- Dijo Derye sobresaltada. Miró a Claire.-
Pequeña ¿Qué haces aquí?
-Shhh... Estoy buscando a mi hermano.- Se mordió la
mano- No me ha contado un cuento para dormir.- Derye al ver su expresión
sonrió.
-No es necesario, te contaré yo uno ¿Quieres?-
Preguntó abriendo un sitio en la cama para que la niña entrara.
-¡Si!- Respondió rápidamente y se inmergió en
aquellas sabanas de seda. Se colocó cómodamente y se puso, cara a cara, con
Derye.
- Bien...- Pensó Derye un rato y finalmente una
sonrisa salió de las comisuras de su boca- Te voy a contar la historia que me
contaba mi madre cuando era pequeña. Es un secreto ¿Vale?- Le extendió el
meñique a la pequeña.
-Esta bien- Cerró la promesa con su meñique.
-Hacía mucho tiempo una chica muy, muy, muy guapa
estaba muy triste- Le contó a la niña acariciándole la mejilla- ¿Sabes porque?
-¿Porque?- Preguntó instintivamente la niña preocupada
por la protagonista de la historia.
-Porque... Había perdido un regalo que le dio una
de la hadas del interior del bosque. ¿Sabes que ahora el bosque es- Intentó no
decir terrorífico- feo?- La niña asintió- Pues hace mucho tiempo- Dijo
extendiendo la vocal ''u''- Era un sitio donde ninfas y hadas vivían
felizmente.
>> Y un día la chica se encontró con esta hada. La
hada, que tenia su pelo verde y su vestido azul, era muy pequeña. La chica vió
que estaba sentada en un hoja de roble. La hada tenía una herida...Así que la
chica se la llevó a su casa para curarla hasta que estuviera bien.
La hada cuando ya estaba totalmente curada y feliz,
le dio las gracias a la niña con un anillo muy grande. Como era muy grande, la
chica tenía que llevarlo colgado al cuello. El anillo tenía propiedades mágicas
y maravillosas, además de que la hada le dijo que ese anillo estaba conectado
con su verdadero amor.- La niña sonrió, le gustaba la historia-
Pero un día, la chica estaba en el bosque, otra
vez, recogiendo algunas flores para su madre, la cual estaba enferma.
Mientras recogía las flores escuchó como unas
sombras se acercaban y ella rápidamente corrió a esconderse debajo de las
raíces que sobresalían de un árbol. Estuvo a salvo y cuando las sombras se
fueron, ella volvió a su casa...-Derye miró el cielo a través de su gran
ventanal.
Pero la chica había perdido su anillo. Estaba muy
triste, así que llamó a la hada. Esta le dijo que no se preocupase, que el
anillo volvería a ella en otra forma. Que siempre regresaría a ella.
-¿Y regresó- preguntó Claire con cierta pena.
- Sí, regresó- Sonrió.- Y no solo eso, cuando lo
encontró también se encontró con un chico muy guapo.¿Sabes quien era?
-Su verdadero amor- Sonrió victoriosa la niña.
Derye afirmó con la cabeza.-¿Y se casaron?
-Sí, pero poco tiempo después el chico tuvo que ir
a una guerra. La chica se puso muy triste porque dos meses después le dijeron
que había muerto.- La niña miraba a Derye con una forma, preguntándole si eso
acabó así.-
Tranquila, así no acabó todo. La chica entristecida
llamó a su hada y esta le hizo la promesa de que se reunirían en la próxima
vida- Sonrió- Así siempre estarían juntos.Un buen final ¿No crees?
-Sí, pero no entiendo como podrían encontrarse
siempre, el mundo es muy grande- Susurraba confusa la niña.
-Fácil- Rió y se acercó a el oído de Claire- El
anillo que tenía la chica encajaba con otro anillo que tenía el chico.
-¿Como?- Preguntó sorprendida
-El anillo de la chica tenía un espacio para que el
anillo del chico encajara perfectamente. Así cuando pensara que lo había
encontrado, unirían los dos anillos. ¿Sabes? Según lo que me contaba mi
madre... Dice que cuando miras el cielo de noche y la luna está llena, puede
ver la forma de los dos anillos unidos.
-¿Enserio?- Dijo la niña girando la cabeza para ver
la luna.
-Sí, mira- Se levantó Derye y abrió una puerta
hacia su balcón. La niña la siguió.
Hacía viento pero la niña estaba tan entusiasmada
que no le dio importancia.
-Mira¿Ves esa parte más oscura de la luna?-
Preguntó- Ese es el anillo del chico...
-Y la blanca la de la chica- Sonrió Claire. Sus
rizos dorados saltaban junto a su cabeza, emocionada.
Las dos se giraron al ver entrar a alguien en su
habitación, Marilyn.
-¿Que hacéis las dos ahí, cogiendo frío?- Sonrió la
madre de Derye. Las dos chicas entraron a la habitación y Claire miró
detenidamente a Marilyn.
-Yo te conozco.- Dijo mirándola, pensativa- Mi
madre salía en una foto contigo.- Marilyn la miró y sonrió.
-Sí. Pero aun así...¿Que hacíais ahí fuera?
-Mamá...Solo estaba...- Comenzó a decir Derye pero
Claire habló más rápido.
-Estábamos mirando como los dos anillos se unían-
Sonrió- La chica y el chico eras novios ¿Sabes?- Marilyn se rió.
-Sí, esa historia se la conté yo a mi hija cuando
era pequeña para que dejara de llorar y se durmiera- Miró a Derye- Hablando de
dormir... Será mejor que te lleve a tu habitación- Sonrió
- Tu hermano se ha preocupado mucho al no verte, te
quería contar un cuento. Vamos, que mañana iremos a hacer una pequeña
excursión- La niña aceptó y se fue con Marilyn. Derye asintió y volvió a la
cama.
Los días pasaron demasiado rápido para Derye. Al
parecer a los dos días de que se quedaran Sebastian y Claire, volvieron a su
casa.
Su relación había mejorado, no podía negarlo. Por
otra parte su hermano y James...James, estaban más unidos. Prefería que no
pelearan pero en parte se sentía sola. Aveces la compañía de Beatrice ayudaba.
Al parecer debajo de esa figura tan elegante, era
muy sentimental, escribía poemas y eran buenos. Habían hecho buenas migas, aun
así se incomodaba cuando la oía hablar de James.
Por otra parte quería acostumbrarse más a su nuevo
hogar por eso se prometió que no volvería hasta que empezaran las clases. Con
esto tuvo que pedirle a su madre que le trajera su ordenador para al menos
hablar con ellas, con esto y con su nueva situación su madre volvió cargada de
cosas nuevas, entre ellos un ordenador Mac.
No entendía como había Internet en ese mundo pero
lo aprovechó.
Algunas cosas le parecían extrañas, como que desde
la noche de la fiesta Kurt y Daniel hubiesen desaparecido. Miranda le dijo que
habían ido de viaje de negocios.¿Negocios? se decía y luego reía.
Finalmente después de unas semanas llenas de
lecturas, hípica, y excursiones al bosque, llegó el día de volver a su odiado
instituto.
Estaba nerviosa por ver a sus amigas pero le
resultaba bastante raro tener que volver a hacer exámenes, estudiar y hacer
deberes.
Su mañana fue tranquila. Una vez duchada decidió
aplicar el estilo ''caro'' que podía permitirse, así que se pudo la nueva ropa
que tenía, la actual claro. Unos shorts vaqueros, medias y unos zapatos de tacón de, aproximadamente, trescientos
euros.
Para la parte de arriba, una camisa básica pero que
al parecer por lo que ponía en la etiqueta, valía cien euros. Marca cara,
pensó. Una chaquetilla y una chaqueta larga blanca. Le gustaba el estilo.
Finalmente cogió un bolso y metió los libros que
hace unos días le habían traído su madre y Kyle.
Mientras bajaba al comedor, el dulce aroma de
chocolate caliente la hizo caminar más rápido.
Al bajar se quedó estupefacta por un hecho
incomprensible: James estaba sentado tomando chocolate caliente y tenía una
mochila colgada en su silla, Kyle estaba a su lado y su mochila también.
Parecía que durante esos días se hubieran hecho muy
buenos amigos. Pero lo que la sorprendió no fue el hecho de que fueran amigos,
fue el hecho de que James tuviera una mochila ¿Que pasaba?
Los chicos se dieron cuenta de su presencia y
saludaron. Los ojos de James estaban alegres, aunque seguía teniendo ese aire
de perfección en sí. Ella los seguía mirando paralizada. Kyle se dio cuenta.
-Perdona- Rió- no te lo habíamos dicho- Miró a
James- a partir de ahora James vendrá al instituto con nosotros.
-Espero que mi presencia no te desconcentre- La
miró fijamente.
-No...Claro que no- Mintió
¡Claro que la iba a desconcentrar! Un ''cosa rara
mata sombras/neófitos'' iba a estar en su instituto y encima era guapo. Iba a
perder centralismo con sus amigas seguro, pensó. Él sonrió.
-Espero que nos llevemos...bien.- Derye le miró,
esto iba a ser algo complicado.
Entonces para acabar de puntualizar una chica con
pelo blanco apareció vestida como ella aunque su chaqueta larga era negra.
Llevaba un bolso también. Se temió lo peor.
-Entonces...¿Hoy tenemos que ir con esos humanos?-
Miró a James, el asintió. Miró a Derye-
¡Vamos a ir a la misma clase!- Se
entusiasmó.
-Es...Genial- Sonrió como pudo. Ese día se iba a
volver bastante intenso
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